Poesía de una mamá
Señores Trigo, Cebada, Avena y Centeno
soberbios porque alimentáis al mundo entero
han cometido sin embargo el desatino
de dañar a mi inocente niño en su intestino.
Por eso, yo mamá hoy los condeno
solemne biopsia de por medio
al más absoluto de los destierros
y en lo que a mí toca,
no volverán a pisar
ni su mesa, ni su plato ni su copa.
¿Extrañará él nuestra presencia?
preguntaréis con sumo orgullo
¡Ni lo piensen!
Mi paciencia que no es poca
lo hará crecer sano y feliz
con mandioca, arroz y maíz.
Graciela Muller
LA GRAN GLORIA FUERTES DE LOS FOGONES
ENHORABUENA
Me gustaMe gusta
Gracias saleroso!!!!! jajaja
Me gustaMe gusta